La inhumación conocida también como entierro, es la disposición del cuerpo del difunto dentro de la tierra. Este servicio se lleva a cabo en camposantos, panteones, mausoleos, criptas, nichos y obviamente en cementerios. La costumbre de la inhumación o entierro se lleva practicando muchos de años atrás y su origen se encuentra en la edad media.
La religión católica (la que predomina en la península ibérica) reconoce cuales son los terrenos santificados para llevar a cabo el servicio de inhumación, servicio que solo puede llevarse a cabo en estos terrenos, ya que son reconocidos como “lugar de descanso eterno”.
No es la iglesia católica la única que reconoce a los cementerios, criptas o nichos como únicos espacios permitidos para el entierro, ya que las religiones monoteístas como la musulmana o judía también lo hacen.
Los sacerdotes, pastores, imanes o rabinos dan carta abierta a los cementerios para llevar a cabo el servicio de inhumación, incluso ofrecen su bendición para dicho acto. Aunque esta forma es la más tradicional, la más religiosa y la más conocida culturalmente, se ha reducido mucho su práctica en los últimos años debido al poco espacio en los cementerios y su alto coste.
El mantenimiento de las tierras sagradas, los ornamentos y demás acciones suponen un gran gasto para muchas familias y esto es lo que hace que muchas de ellas descarten este servicio como último adiós al cuerpo difunto.
Entre las ventajas de la contratación del servicio de inhumación encontramos las siguientes:
SERVICIOS DE INHUMACIÓN